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Salvar a una persona que se está muriendo es lo mejor que puede experimentar un ser humano. Nada en el mundo es tan reconfortante como volver a casa sabiendo que has salvado una vida. Por eso, si quieres salvar una vida y convertirte en la sensación de tu barrio, gracias al siguiente manual sabrás cómo hacerlo. 

1Levanta la mano antes que nadie cuando alguien pregunte si hay un médico en la sala

Lo importante es ser rápido. Si hay médicos en la sala pueden levantar la mano antes que tú y dejarte sin salvar esa vida. No te preocupes si no eres médico, no tendrás que demostrar nada, normalmente nadie comprueba credenciales en estos casos. Lo primordial es actuar con rapidez y acercarte antes que nadie a la persona con parada respiratoria o atragantamiento.

2Haz sentir importante al paciente confesándole que es la primera vez que haces esto

Cuando una persona se atraganta en público, puede sentirse humillada al verse indefensa ante tantas miradas de desconocidos. Hazle sentir importante y confiésale a la persona que se está muriendo que es la primera vez que intentas reanimar a alguien. Susúrrale al oído que no tienes ni idea de reanimación y que vais a necesitar un milagro. La víctima entenderá que lo ayudas porque te ha caído bien y no por ética profesional, pues careces de ella.

3Transmite seguridad a los familiares de la víctima y hazte una foto ‘selfie’ con ella

Si los familiares comprueban que empleas los cruciales primeros segundos en hacerte una buena foto para Instagram con la persona en parada cardiorespiradora, entenderán que como médico vas sobrado y su confianza en ti aumentará muchísimo. Aprovecha que tienes el móvil en la mano y busca algún tutorial que explique cómo hacer la maniobra de Heimlich. Primero busca en Wikipedia quién era Heimlich para contextualizar.

4Quítate presión avisando a los presentes de que lo normal es que la víctima se muera

Cuanto peor pintes la situación, menos te exigirán. Si enfatizas el hecho de que esa persona se está muriendo y que poco se puede hacer, la admiración que despertarás si consigues salvarla será enorme. Por el contrario, si como es lógico finalmente la víctima se muere, en lugar de recibir críticas, seguirás siendo tratado como un héroe sólo por intentar el milagro.

5Diagnostícale lupus

Poca gente conoce esta enfermedad, así que si aseguras que el problema de la víctima es lupus y no un atragantamiento o una parada respiratoria, te ganarás el respeto y el reconocimiento de los presentes. Quién sabe, incluso con suerte puede que des comienzo a una prometedora carrera en el ámbito de la medicina.

6Evita realizar una reanimación pulmonar porque no sabes hacerla

Cuando la víctima empiece a convulsionar y a expulsar espuma por la boca, lo normal es que la gente se ponga nerviosa y te grite que hagas algo. Siendo honestos, la gente que grita desesperada tiene razón, es el momento de hacer algo. Lo mejor es evitar una reanimación pulmonar porque los médicos de verdad que estaban en la sala pueden darse cuenta de que eres un farsante. Y ahora que estamos en el sexto paso ya es demasiado tarde para volver atrás.

7Pide un desfibrilador y reza para que no haya ninguno

Si gritas pidiendo un desfibrilador y no hay ninguno, mandarás el mensaje de que dispones de conocimientos médicos pero no del material necesario para aplicarlos. Si la persona atragantada o en parada respiratoria se muere, en ningún caso podrán culparte a ti. Ésta es una apuesta segura porque sería muy raro que en un sitio que no es un hospital alguien tuviera un desfibrilador.

8Vale, sí que tienen desfibrilador. Pues tranquilo, no puede ser tan difícil de usar

Apoya el desfibrilador en el suelo y empieza a mover a la víctima. Apriétale el estómago, dale palmaditas en las mejillas o lo que sea, pero haz algo, porque llevas un buen rato a su lado y todavía no la habías tocado y eso es muy sospechoso. Cuando acabes, comprueba si la víctima todavía respira. Si todavía respira porque ese cabrón es de los resistentes, pues no sé, pilla el aparato ese, pídele a alguien que lo enchufe y empieza a meterle descargas eléctricas a ver qué pasa.

9Pon música relajante, coloca velas alrededor de la víctima y realízale un masaje cardiaco

Después del esperpento con el desfibrilador, lo normal es que el masaje ya lo estés realizando sobre carne muerta, pero si te paras ahora te meterás en un buen lío. Se dice que los masajes cardiacos salvan muchas vidas, tú ponle música relajante y velas aromáticas a la víctima, manoséale un poco el torso, al fin y al cabo un masaje es un masaje, lo que tenga que ser, será.

10Pide que apaguen las luces y sustituye a la víctima por una persona sana

Tu última salida es esta. O das el cambiazo o te vas a la cárcel. A estas alturas la gente ya habrá empezado a sospechar que no eres médico. Exige que apagen las luces y, cuando esté todo oscuro, esconde el cadáver que masajeabas y coloca en su lugar a una persona que esté sana. Cuando se enciendan las luces otra vez, la gente tendrá la sensación de que la has salvado. En ese momento recibirás un aplauso, disfrútalo durante cinco segundos y sal corriendo de ahí cuanto antes. Ya te surgirá otra oportunidad para salvar una vida en el extranjero.