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Algunos trucos para que nada falle en tu mesa durante estas entrañables fechas.

El muérdago

Es tradicional colocar un ramillete de múerdago colgando del techo en alguna parte de la casa. Cuando dos personas se encuentran debajo del mismo, están obligadas a darse un beso y desearse paz.

Si es un soltero quien se encuentra por sorpresa debajo del mismo, está obligado a bajarse los pantalones y a hacerse una paja.


 

Número de comensales

¿Cuántos seréis en la mesa? ¿Comerán los niños con los mayores? ¿Tienes suficientes sillas para todos? Para asegurarse, es mejor pedir a cada invitado que traiga cuatro sillas de casa.

Hay gente que prefiere hacer dos listas, una en la que están los que te caen bien y otra con la gente que quieres que muera esta noche.


 

La comida: entrantes

Si optas por comprar los tradicionales langostinos, recuerda que en estas fechas quintuplican su precio: en ese caso, deja el ticket sobre los langostinos, bien a la vista; incluso le puedes pedir a tu pescadero que te deje para esa noche el cartelito de plástico con el precio que usan en la pescadería. Con una sencilla suma de cabezas de langostino, todo el mundo sabrá cuánto dinero se acaba de comer.

En cualquier caso, nuestro consejo es que busques la sencillez de un buen queso o la elegancia de un paté, sobre todo este último, donde es más fácil ocultar la textura del arsénico.

En unas horas ya nada tendrá importancia, así que tampoco te preocupes por los entrantes.


 

La comida: primer plato

No cometas el error de innovar. Ve a lo seguro. Haz lo que ya sabes hacer de memoria: ir al asador de la esquina y comprar tres o cuatro pollos asados con cristales dentro.

Recuerda a tus invitados que los huesos de pollo se pueden comer.


 

La comida: el sorbete de limón con tetrodotoxina

Es elegante, ligero y provoca parálisis y muerte en menos de seis horas. Muy útil para rebajar y hacer sitio al segundo plato.


 

La comida: segundo plato

Un cuchillo con el que abrir los intestinos para extraer la comida ya ingerida será la solución perfecta para todos aquellos invitados que estén muy llenos y no quieran seguir comiendo. Luego puedes servir una Pularda a la franctirard.

El ‘franctirard’ es una guarnición muy tradicional en estas fechas y consiste en un veterano de la guerra de Kosovo situado en el edificio de enfrente con un rifle Zastava M76 con silenciador.


 

PASO 4: los postres

La disposición de los turrones en la bandeja es todo un arte. A modo de adorno puedes colocar trozos de baldosín camuflados entre el turrón duro.

Respecto a las peladillas, polvorones y demás dulces navideños, ¿alguien se los comió el año pasado? ¿Y el anterior? Coge un poco de alcohol y borra con cuidado la fecha de caducidad de los envoltorios. Con suerte, algunos comensales ya no estarán en condiciones de seguir comiendo porque su laringe ya se habrá contraído. ¡El paso del tiempo siempre juega a nuestro favor!

Si te gusta salirte de la tradición, siempre puedes preparar el día anterior una deliciosa crema catalana donde resulta muy sencillo ocultar cristal molido junto al azúcar quemado. ¡No se resistirán ni los más pequeños!


 

El brindis

En el mercado encontrarás diferentes marcas y precios de cava, pero en ningún caso necesitarás descorchar la botella con antelación: basta con una jeringuilla y una buena aguja para atravesar el corcho y así introducir dentro de esta ambrosía espumosa un poco de polonio. Sí, el polonio es un poco difícil de conseguir en esa época del año, ¡pero si quieres asegurarte el éxito total merece la pena!

También puedes introducir veneno en esas botellitas para niños que imitan el cava de los adultos. No es aconsejable, sin embargo, porque no es necesario acostumbrar a los niños al consumo de bebidas alcohólicas emulando a sus padres.

Cuando levantes la copa es normal que el brindis sea tal que así:

“Querida familia y amigos… mpffffjajaja os deseo lo mejmpfff… Ejem, ejem. Os deseo lo me… se me escapa la risa, si me miráis así tosiendo y como haciendo que os ahogáis me hacéis reír y así no puedo… A ver, serios. Os deseo lo mejor, mucha salumpfffjajaja… Ay, feliz Navidad y… Ay, qué risa por Dios».


 

Pasearse entre los cadáveres de tu familia

Están como dormiditos. Ahora lo peor es recoger la mesa, desmembrar los cuerpos, congelar la comida que haya sobrado, colocar las extremidades para formar un trono de carne y vísceras, barrer las cáscaras de las nueces y ofrecer los sacrificios al nacimiento del Señor, auténtico motivo de la fiesta de hoy, el día en el que la madre Araña ‘La Única’ se abrió el pecho en dos y de él surgió su vástago, el que yace dormido en la profundidad de la Tierra y a quien hoy obsequias con tus familiares.


 

Los villancicos

Sentado en tu trono y con una navideña estrella pintada en el suelo con la sangre de tus familiares más cercanos es el momento de entonar villancicos tradicionales como “Ph’nglui mglw’nafh wgah’nagl fhtagn en el río” o “Ph’li’hee ah y-shtunggli ahyar shugg rah rah el niño ha nacido ahhhhhh grande gloria oh gloria”.