El pavo que anunciaba los yogures para cagar ha sido uno de los grandes triunfadores de la noche de los Goya. La película en la que sale con barba diciendo «Rocanrol» se ha hecho con seis estatuillas, por encima de las cuatro que ha merecido la última frikada de Pedro Almodóvar. El de la papada ha logrado así acallar las críticas que cosechó la película del tío disfrazado de tigre que folla fuerte, convirtiendo además al chavalín raro que luego resulta que es una tía en mejor actor revelación, galardón que se disputaba con el mismísimo tío de la vara, que salía en la última del gordo que se parece a Kubrick. La gala, presentada por la tía del Club de la Comedia, contó incluso con un rap protagonizado por el calvo que sale en todas las series españolas y tres notas más.
Tampoco podía faltar el plasta de Torrente, que le echó un par de huevos vacilándole al de la papada. Se estrenó también el peñazo que ahora es director de la Academa de Cine, soltando el típico discurso ese sobre Internet.
Pibones y vejestorios se pasearon, como siempre, por la alfombra roja, luciendo modelitos que no les cuestan un duro porque los ponen las marcas. Entre el sector tercera edad se encontraba la famosa mujer de El Zorro, quien acudió también a la gala porque salía en la peli del tigre diciendo «aftershave», pero al final no se comió un rosco. El pavo ya se lo veía venir porque, antes de la entrega de premios, dijo aquello de «vengo a aplaudir a quien suba al escenario». El que se presentó sin la parienta fue el actor Marc Clotet, levantando todo tipo de rumores sobre su relación. Al final se trajo a la hermana, que se ve que también es actriz. Un buen par, pues, demostró tener el guaperas catalán.
Los ‘losers’ de la máscara también vinieron a hacer el pena
Tres flipados del grupo Anonymous intentaron empañar la gala de los XXVI Premios Goya como protesta por la ley Sinde. Aparte de boicotear la web de la Academia de Cine, que no debe de visitar nadie, intentaron subir al escenario de la entrega de premios pero los seguratas les dieron un buen par de hostias y los enviaron a dormir a casa antes de que la sangre llegara al río.
