Los dos candidatos a la Moncloa, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmaron anoche, a través de un comunicado oficial, que el debate electoral se realizará esta noche mediante el servicio de mensajería WhatsApp. Ambos líderes han elogiado la famosa aplicación para móviles. «Está de la hostia», ha comentado Rajoy, y han remarcado que en tiempos de crisis lo mejor es hacer un debate que salga «de gratis». Como adelantaba ya el comunicado, el debate «comenzará a eso de las diez de la noche».
Rajoy, en declaraciones a la Cadena SER, ha dicho que lo más seguro es que esté en casa y en pijama, ya que hasta diciembre tiene horario de jornada intensiva y es sobre esa hora que se levanta de la siesta. El líder socialista, por su parte, ha declarado que estará en su despacho de Ferraz, ya que a esa hora tiene su partida diaria al «Buscaminas» con Pepe Blanco.
Las reglas del juego
Tras varios días de intensas reuniones, asesores de ambos partidos han pactado las estrictas reglas del debate. Ninguno de los candidatos podrá, por ejemplo, enviar ninguna frase mientras en su móvil ponga «escribiendo», no vaya a ser que despiste a su rival y luego el debate no haya quien lo entienda. Tampoco se podrán adjuntar fotos ni contestar al oponente con «jijijiji» o «juasjuasjuas», formas que se consideran demasiado frívolas.
Pero la regla que más han tardado en pactar ambas partes ha sido sin duda la de los emoticonos. Finalmente, se ha decidido que sean tres el máximo de emoticonos que pueda mandar cada uno. De hecho, por cada uno de más que se envíe, se descontará un escaño en el Congreso. Personas allegadas a Rubalcaba han asegurado que éste ya planea mandar el emoticono de la caquita sonriente, básicamente como arma de descoloque. El líder del PP, por su parte, se confiesa más aficionado a mandar emoticonos de animales de granja como el ratón y el pollito. «Le parecen muy graciosos», confesaba un asesor personal.
Como apunte anecdótico, hoy se ha sabido que el periodista Manuel Campo Vidal se ha ofrecido a moderar el debate, pero ambos candidatos han declinado amablemente su participación. A través de una escueta nota le han dicho «que se vaya a tomar por el culo».
