El dispositivo consiste en un pequeño casco que la persona malhumorada debe llevar puesto mientras dure su estado de ofuscación y agresividad, aunque la marca japonesa aconseja utilizarlo ya de buena mañana para aprovechar «los fuertes sentimientos que generan los atascos, el transporte público y, especialmente, el lugar de trabajo».
Un medidor indicará si hay suficiente energía acumulada como para cargar el móvil o, incluso, poner en funcionamiento un pequeño electrodoméstico «como un masajeador de pies». Esta última posibilidad agrada especialmente a Naiki «porque demuestra claramente que la energía puede reconvertirse en relajación y buen rollo».
Por ahora, el dispositivo se comercializará exclusivamente para recargar el teléfono móvil. «Si nos quedamos sin batería en plena calle sólo tendremos que ponernos el casco y leer la prensa o llamar a algún servicio de atención al cliente. En poco tiempo, tendremos el teléfono completamente cargado», declara Naiki, quien asegura también que las conversaciones que se lleven a cabo con el móvil no se verán prácticamente afectadas por el mal rollo.
