- La actualidad del mañana -
- La actualidad del mañana -

Este es tu último artículo gratis este mes. Te queda un artículo gratis este mes. Te quedan unos pocos artículos gratis este mes.
No renuncies a la Verdad, suscríbete

Suscríbete

Se pierde el nacimiento de su hijo intentando sacar una chocolatina de la máquina de «vending» del hospital

"EMPUJA, EMPUJA, QUE YA SALE", GRITABAN SUS FAMILIARES MIENTRAS ÉL GOLPEABA LA MÁQUINA EXPENDEDORA CON EL HOMBRO

Este contenido es posible gracias a las personas que respaldan El Mundo Today con su suscripción. Ayúdanos a seguir siendo el mejor medio de información del país y suscríbete.

«Empuja, empuja, que ya sale», gritaban ayer los familiares de Antonio José Ramiro mientras éste golpeaba con el hombro una máquina expendedora del hospital de La Paz, en Madrid, para obtener una chocolatina que se había quedado atascada. El proceso lo mantuvo ocupado más de veinte minutos, en el transcurso de los cuales su mujer, a escasos 500 metros de donde él se encontraba, daba a luz a su primogénito.

«Al final ha salido todo bien, pero al principio no había manera de que bajara y llegué a pensar que tendríamos que abrir», relataba Ramiro aún empapado en sudor y declarándose «agotado». Su esposa, en la cama del hospital con el recién nacido en brazos, agarraba con fuerza la mano del padre: «Es un valiente, ha sido fuerte y estoy orgullosa. Yo habría desistido y habría echado a perder el euro. Estamos muy felices», confesaba.

Después de haber ingerido la chocolatina, los familiares de Ramiro le animan a ir pronto a por la segunda. «Mira, me muero. De verdad. Dentro de un tiempo igual sí, pero ya se verá», dice él.

La chocolatina ha pesado 132 gramos, «dentro de lo normal», y se llama Twix como las que la precedieron. «Aunque el nombre viene de Raider, que es como las llamábamos antes», matiza el padre.

spot_img

Apúntate a nuestro boletín de titulares

Últimas publicaciones

spot_img
spot_imgspot_img