Compareciendo ante la prensa desde la pared del comedor, una mosca de Huelva ha anunciado su firme intención de abandonar su posición actual, volar de forma errante y luego aterrizar una pera situada sobre la mesa, permanecer sobre su superficie durante exactamente dos segundos y luego volver a despegar.
“Llevo en esta pared demasiado tiempo, diez segundos, así que he decidido volar en círculos durante aproximadamente 20 segundos y luego caer con cuidado sobre esa pera de ahí”, ha dicho la mosca a los periodistas que ha reunido, detallando que no tiene ninguna intención de “hacer nada raro” sobre la pera.
“Aunque mi intención de dirigirme es firme, mi trayectoria de vuelo será más o menos improvisada y sujeta a los avatares del viaje, por lo que no descarto pasar rozando a algún humano o volar a ras de la encimera, ya se verá”, ha dicho. Lo que está claro, según sus palabras, es que se va a dirigir hacia la superficie de la pera como si realmente tuviera que hacer algo de extrema importancia ahí.
La mosca tampoco descarta “regresar a la pera de vez en cuando, como si se me hubiera olvidado hacer algo ahí”.
En el momento de la publicación de este artículo, la mosca ha decidido olvidarse de la pera y posarse sobre la televisión de plasma, atraída por su luz.