Dios Nuestro Señor ha revelado esta mañana a la curia vaticana que está valorando seriamente la posibilidad de dejar de crear mujeres al considerar que se las trata con cierto desdén, como si fueran menos capaces y valiosas que los hombres. Lamenta que no se les permita desplegar todo el potencial que tienen y confiesa que se siente especialmente ofendido cuando se les pide que se tapen, argumentando que «si hubiera querido que no se vieran las hubiera hecho sin rostro y sin cuerpo».
El Todopoderoso ha reprendido también a la Iglesia, a la que acusa de no haber entendido a la mujer pese a ser, según Él, «una tarea bien fácil una vez se ha comprendido al hombre». Lejos de ser así, arguye el Señor, sus representantes en la Tierra, «los que en teoría tienen que vender las bondades de mi Creación en su conjunto», han hecho con la mujer «la peor campaña de marketing que podía hacerse, cuando yo en ningún momento especifiqué que las mujeres fueran demasiado frágiles para ostentar cargos de la máxima responsabilidad, o que tuvieran que enclaustrarse y protegerse del mundo». El Señor considera «insultante» que los hombres juzguen su creación como algo débil «que no puede desenvolverse en el mundo por sí mismo» y que debe ser tratado como se trata a los niños.
Intentando no caer en el «godsplaining», Dios ha asegurado que «si alguien sabe de mujeres, soy yo», y se siente «plenamente orgulloso de cómo me quedan en general», aunque sea «como echar margaritas a los cerdos». Sospecha que fue «error mío» crear primero al hombre, pues «generó la sensación de que lo primero era lo importante, cuando no tiene nada que ver».
«Al final no haré más, lo digo en serio», ha amenazado Dios. «Os daré una costilla y a ver cómo os las apañáis para hacerlas vosotros, si tan mal os parecen las mías», ha sentenciado.
Al término de su discurso frente a los altos cargos del Vaticano, Dios ha advertido de que «otro día hablaremos de los gays», pero ya ha adelantado que «estoy muy orgulloso de los gays porque reunís lo mejor de los dos mundos».
