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16 cosas que hacemos, sin querer pero queriendo, los introvertidos que adoramos estar siempre a solas y con el cadáver de nuestra madre en el sótano

"UY, NO VI TU WHATSAPP"

1. Eres capaz de cambiar de vagón, de trayecto e incluso de trabajo si un compañero toma el mismo camino que tú y te obliga a recorrerlo juntos y hablar de vuestras familias y explicarle que mataste a tu madre y la disecaste.

«Disculpa, ¿me dejas en paz?».

 

2. Pasas olímpicamente de tener conversaciones de ascensor porque el silencio no te produce incomodidad y no necesitas llenarlo con palabras vacías como el resto de los humanos porque para eso ya hablas con mamá, que siempre está a tu lado.

A veces te planteas que igual eres reptiliano o estás loco o algo. ¿Holaaa? ¿Tan raro es no querer hablar con alguien porque luego el cadáver de tu madre te chilla?

 

3. No entiendes a la gente que necesita tener siempre compañía para hacer planes como ir a un restaurante, al cine o a un museo y prefiere eso a quedarse en casa y probarse la ropa de mamá para seguir manteniendo la ilusión de que está viva.

Quiero decir, ¿en serio? O sea, es que si me paso todo el rato hablando contigo no disfruto igual de la comida y prefiero seguir dialogando a solas con mi madre en mi cabeza.

 

4. Te empiezas a agobiar si una semana se te solapan los planes y no tienes una sola tarde entera para ti y tu madre.

 

5. Así que haces una de tus cosas preferidas en esta vida: cancelar planes. 

Cuando le informaste a tu madre de que saldrías el sábado te dijo “haz lo que quieras” pero tú sabes lo que quiere decir eso. ¿O no? Sí, claro que sabes lo que quería decir ese “haz lo que quieras”.

 

6. Y si no has podido cancelar nada (a veces la vida se llena de compromisos OBLIGATORIOS), hacia el final de semana te sientes agotado mentalmente por haber estado rodeado de tantísimas personas que se suman a las voces de tu cabeza.

 

7. ¡Pero es que las personas son agotadoras! Ellos no entenderían que tuviste que matar a mamá pero que, de alguna manera, sigue viva. Sigue viva en ti cuando te pones su ropa.

Bla bla bla bla bla. Oh, la gente, qué pesadita.

 

8. De hecho, aguantas a un número reducido de humanos (a los que quieres bastante porque, al fin y al cabo, están en tu casa, en el sótano, todos muertos) pero odias ampliar tu círculo y quedar en grandes grupos.

 

9. Porque los personajes más interesantes sueles encontrarlos en literatura… o en una nueva serie de Netflix o en tu cabeza.

 

10. No hay nada para ti que suene mejor que un fin de semana sin planes ni responsabilidades: un fin de semana ENTERO PARA TI y para hablar a solas con un cuerpo inerte que te da consejos valiosísimos sobre los peligros del exterior.

«¿Perdoooonaaaa? Déjame a solas, he quedado con mi madre. ¿Holaaa?»

 

11. Y cuando estás a tu bola grapándole el pelo a mamá en el cráneo para que no se le caiga la cabellera te olvidas por completo del WhatsApp.

A veces incluso miras la pantalla sin desbloquear para ver quién te esta escribiendo pero pospones la respuesta porque a tu madre no le gusta que chatees con gente.

 

12. Por eso, cuando recuerdas que alguien te había escrito por algo específico, tu respuesta habitual suele ser: «Perdona, no vi tu wasap, estaba comprando formaldehido».

Lo sieeeento.

13. Y por supuesto, algo que no puedes soportar es que te metan en grupos de WhatsApp CON UN MONTÓN DE GENTE POR DIOS SACADME DE AQUÍ U OS MATO A TODOS LO JURO POR DIOS.

Jaja, en serio.

14. Es posible que en el pasado más de una relación haya fracasado porque «eres demasiado independiente” o insistes en presentarle a mamá.

Y entonces tienes que matarlo.

 

15. Así que ahora para ti es intolerable estar con alguien que no entienda esa necesidad tan tuya de «tiempo para ti».

¿Sabes qué es de verdad gratificante? ¡Las relaciones a distancia que no visitan el sótano!

 

16. Porque a fin de cuentas lo tuyo no es que te guste pasar muchísimo tiempo solo… es que te encanta pasar muchísimo tiempo contigo mismo.