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En serio, ¿adónde me vas a llevar? Espero que hayas pensado algo especial…

  • «Donde tú quieras, a mí me da igual».
  • «Al comedor social Santa Catalina Mártir de la carne misericordiosa del santo chopped».
  • «Al bar de heavies La Sepultura del Chocho, donde hoy hay un Especial Satán Valentín con baladas de amor a Euronymous, Príncipe de las Tinieblas».
  • «Al restaurante Enigma de Ferran Adriá que nadie sabe exactamente donde está. Nos recogerán en coche. Y ahora tienes que ponerte esto en la cabeza».
  • «Al Starbucks, porque quiero regalarte un vaso con tu nombre grabado en él».
  • «Al GTA».
  • «Al chino o al italiano. Al chino fuimos ayer. Al italiano, pues».
  • «A pegar palizas a otras parejas de enamorados para asegurarnos de que nadie más que tú y yo deja descendencia en la Tierra».
  • «A casa de mamá, que ha preparado algo especial para los tres».
  • «Sube al coche, vamos a ir a un food track y está huyendo a toda velocidad. ¡Rápido!»
  • «No voy a llevarte a cenar a ningún lado porque ambos somos individuos libres e iguales por lo que no tenemos derecho a ‘llevar’ o a ‘traer’ alguien, lo que implica una cosificación de la persona amada típica del amor romántico occidental. Lo que vamos a hacer es hablarnos el uno al otro respetando los turnos de palabra, mirándonos a los ojos y reconociéndonos como dos conciencias sin ataduras y con deseos, necesidades y expectativas diferentes y en ese momento te preguntaré dónde me vas a llevar TÚ, asumiendo que pagarás la cuenta».
  • «Al banco de la calle que hay junto a la sede del PSOE en Ferraz, por si vemos a Pedro Sánchez de lejos».