En un informe difundido esta mañana, la Asociación Española de Pediatría alerta de que los niños españoles son los que menos piezas de Lego consumen al día, lo que puede perjudicar su crecimiento. Las de pequeño tamaño, que los niños suelen ingerir de forma instintiva, son fundamentales para el desarrollo infantil, insisten los pediatras.
«Hay niños a los que les cuesta tragar las piezas de Lego. Recomendamos a los padres que no desistan y que se las envuelvan con plastilina para facilitar la ingesta», aconseja la entidad.
Los especialistas en salud infantil también recomiendan «una o dos descarguitas eléctricas a la semana poniendo los dedos en los enchufes», práctica que estimula la curiosidad del niño «y ejercita su sistema nervioso».
Asimismo, los coscorrones contra los cantos de las mesas «contribuyen a que la criatura adquiera consciencia del espacio y sus límites».
Finalmente, en su informe la asociación señala que pisar piezas de Lego tiradas por el suelo es la principal causa del desplome de la natalidad en España.