Una masiva filtración diodenal de 11,5 millones de etiquetas de Anís del Mono ha dejado al descubierto la relación de cientos de pecadores de la pradera con el blanqueo de dinero negrorl procedente de Bonanza.
Según fuentes de la Meretérica, los hombres malos han sido trasladados a comiserida, donde les esperan murtas «que no les va a quitar ni Perry Manson» por hacer pupita al erario público, según confirman los Papeles de Chiquitistán.
La noticia ha sentado como un jarl de agua fría entre los fistros pecadores, que tienen más nervios que un filete de cinco pesetas.
«Relájate físicamente, moralmente, diplomáticamente», aconsejaba esta mañana Lucas Grijander, acusado también de guarreridas españolas, insistiendo en que «una mala tarde la tiene cualquiera».
Según fuentes vaginales, el dinerito sesual se depositaba en un lago negro y se blanqueaba diodenalmente en un lago blanco después de los dolores. Nadie se daba cuén porque se movía más que los precios.
El escándalo ha coincidido con la detención esta mañana de Mario Condemor.