La entidad benéfica Cáritas calcula que esta noche, siguiendo la tradición, más de 3500 hogares españoles acogerán a un autónomo en su mesa durante la cena de Nochebuena.
Estos últimos años, la crisis económica y su más que evidente impacto en la precariedad laboral ha situado en primer plano la caridad y la compasión como grandes asideros en los que apoyar la frágil cohesión social.
«Muchos de ellos estarán enganchados al portátil durante toda la cena, sin apenas hablar, mandando facturas o vete a saber qué. Pero es importante que sientan el calor de un hogar, de una familia», apunta Rosa Gañán, portavoz de Cáritas en España.
Sin cesta ni paga extra de Navidad, sin hijos con los que vivir la ilusión de estas fiestas ni tiempo para atender a los ritos navideños, los autónomos españoles suelen encerrarse en sus encargos profesionales para no reparar en su triste situación. Muchos duermen en los cajeros, comprobando cada cinco minutos si han cobrado su última factura.
«Por un día, los autónomos acogidos por estas familias tienen la oportunidad de comer caliente, aunque sea delante del portátil. Los más afortunados recibirán táperes con la comida que ha sobrado y podrán aguantar unos días más en condiciones», dice Gañán.
Cáritas anima a los españoles a apadrinar a un autónomo y recuerda a las empresas que externalizan la mayor parte de sus servicios que la reducción de costes contribuye a agrandar la brecha social que existe entre los trabajadores por cuenta propia y el resto de la sociedad.