El número dos de Podemos, Íñigo Errejón, ha celebrado hoy un mitin de campaña en la juguetería Imaginarium de la Gran Vía madrileña.
El acto ha empezado puntual a las nueve de la mañana, cuando Errejón ha accedido a la tienda por la puerta pequeña y recibido por el sonido de la bocina que se activa cuando se detecta la entrada de un cliente al establecimiento.
En su interior, tres niños aguardaban al político sentados en pequeños taburetes de colores y siempre bajo la tutela de sus padres.
Tras repartir piruletas de fresa a los asistentes, Íñigo Errejón ha mostrado unas marionetas con las que ha intentado ridiculizar los tics de la vieja política, adaptando el cuento de Caperucita Roja a la situación actual de la democracia en España.
Dos de los niños se han quedado dormidos y al tercero le ha dado un ataque de tos por culpa de la piruleta, forzando la interrupción del cuento para pedir un poco de agua.
El discurso ha finalizado con la audición del cedé «Mis primeras canciones volumen 3», con el que se ha animado a bailar a los niños aún somnolientos mientras el militante de Podemos colocaba pegatinas de su formación en la barriga de varios peluches.
«He querido aprovechar que mis padres al final no se iban de puente para acercarme al electorado más joven, que es nuestro futuro», ha concluido Errejón, contento con el resultado del mitin.
«Me voy a casa de mi yaya a comer con la sensación de que el cambio es posible», ha dicho satisfecho tras el bañito de masas.
