La empresa nipona de videojuegos Nintendo ha trasladado su sede fiscal al segundo mundo del Super Mario 3 para aprovecharse de una fiscalidad empresarial más reducida, concretamente del 8,5%.
La compañía, que había basado su negocio en la industria del ladrillo, aprovechará «todas las sinergias operativas y fiscales» para sobreponerse tras el saldo negativo de 1.578 millones de yenes del pasado ejercicio.
«Hemos recogido casi todas las monedas y debemos evitar los saltos bruscos al vacío», reconocía la empresa la semana pasada en un comunicado.
Con esta maniobra, Nintendo espera mejorar su resultado operativo, incrementar los beneficios retenidos y el flujo de caja para tomar los mandos de su situación económica, que avanza a paso de tortuga.
Aunque las autoridades japonesas tildan la maniobra de «atajo que se salta las reglas del juego», Nintendo insiste en que el cambio de la sede fiscal «es el último cartucho» del que dispone.