«No soy gay, soy un hetero curioso», defendió hace tres meses Mario Urenga para aclarar a su entorno que sus escarceos con la homosexualidad eran fruto de meras inquietudes puntuales. «Me siguen gustando las mujeres», sentenciaba para despejar dudas.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los analistas han confirmado que este hetero curioso de 32 años se ha rendido totalmente a la curiosidad hasta el punto de que no hace otra cosa que curiosear.
«La curiosidad se ha convertido en su rutina, de modo que este individuo hace semanas que se acuesta únicamente con otros hombres», certifican los expertos.
«Cuando he satisfecho una inquietud, surge otra. La verdad es que la sed de conocimiento parece no tener límites. La curiosidad nace de mi constante asombro por la maravilla del mundo», explica el hetero curioso, que pese a citar al filósofo Aristóteles «no engaña a nadie porque es evidente que se ha convertido en un homosexual de libro», insisten los analistas.
La novia de Urenga sigue esperando que su pareja «vuelva a sentir curiosidad por las mujeres», aunque los especialistas recomiendan «que espere sentada porque todo parece indicar que la curiosidad de ahora le gusta mucho más que la curiosidad de antes».