La organización no gubernamental Acción Contra el Hambre, cuyo objetivo último es terminar con el hambre en el mundo, ha tirado la toalla con el actor Juan Echanove.
El presentador de «Un país para comérselo» vive en un estado permanente de ansiedad que solo se calma con ágapes contundentes. «Enviamos a tres cooperantes para que le hicieran entrar en razón y se los comió. Mandamos a un cuarto y tuvimos que rescatarlo de una cámara frigorífica en la que el actor conserva las patas de cordero, los cochinillos y las tartas Comtessa», explica un portavoz de la ONG.
«Ya no aspiramos a saciarlo, lo que intentamos es que no se coma las reservas de alimentos para las poblaciones más vulnerables», añade el portavoz.
«Mnymm groummppf mmblefddd», se defiende el actor
Atrayéndolo con un rabo de toro estofado, el Comité Científico Internacional de Acción Contra el Hambre logró que Echanove se personara en las instalaciones que la entidad tiene en Bruselas. Allí le esperaban varios dietistas y psicólogos, protegidos tras unos cristales blindados, y un grupo de soldados entrenados para retenerlo.
«Se hizo el dormido. Nos hizo creer que estaba echando la siesta después de comerse todo el estofado. Pero sus ronquidos eran falsos. Se escabulló y vació el cargamento de los aviones que tenían que repartir sacos de arroz en varias regiones de África», lamentan desde la entidad.
Acción Contra el Hambre admite ahora que no dispone de recursos suficientes para saciar el hambre de Juan Echanove y critica la falta de apoyo del Gobierno. «Encima le ofrecen un programa en la televisión pública en el que se dedica a comer. No se dan cuenta de que han creado un monstruo», sentencia la ONG.
