El fabricante de automóviles para gordos Ferrari ha presentado esta semana el nuevo F12, un bólido carísimo diseñado para compensar las frustraciones de sus clientes con un motor de elevada potencia cuyo ruido ayuda a llenar el vacío de una existencia fútil.
Su propulsor V12 de inyección directa a 200 bares se combina con la sólida estructura del chasis, que proporciona un agarre a la autoestima sin precedentes y evita que el conductor pierda el control de su vida y se estampe contra la realidad.
No interacciona con otros antidepresivos
«El consumo es elevado como en todos los antidepresivos de alta gama con motor de gasolina, pero no provoca los efectos indeseados de la sertralina o la fluoxetina», recuerda el fabricante.
El cuadro de mandos, otro prodigio del diseño, está repleto de luces e indicadores para evitar que el conductor se quede parado mirando al infinito y piense en su deficiente patrimonio afectivo y en su incapacidad para establecer relaciones sólidas y basadas en el sincero respeto hacia el otro.
«Es el coche con más prestaciones de la historia de Ferrari, mucho mejor que tener un hijo», insiste la marca. «No cura el cáncer, pero seguro que lo adelanta», reitera.
Por supuesto, este lujoso sustituto de una personalidad adulta viene equipado con todas las medidas de seguridad «para proteger tu vida y la de tu prostituta asiática en todo momento».
