Insistiendo en que «hay gente humilde que las está pasando putas», el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha recorrido hoy las calles de Madrid mascando chicle y luciendo un estilismo poco habitual: camisa a cuadros, pantalones vaqueros, zapatillas J’hayber y una larga coleta.
«Nos lo estamos currando para que las cosas vayan guay», ha dicho a los periodistas, a quienes ha pedido fuego para encenderse «uno de estos cigarros que me he liado yo con tabaco de una cooperativa».
«La gente humilde las pasa putas», ha dicho
«¿Qué mirais? ¿Mi chupa? Es una chupa de Alcampo», ha aclarado a los medios de comunicación, ignorando que el término «chupa» no suele aplicarse a las camisas.
El mandatario ha paseado por las calles de Alcorcón hablando «con el personal» y ha entrado en un supermercado para comprar un paquete de seis yogures Vitalínea de limón. Luego, a media mañana, ha cogido varios autobuses que le han llevado de vuelta al Palacio de La Moncloa.
Todos los analistas coinciden en señalar que la estrategia del presidente consiste en copiar sin complejos el look de Pablo Iglesias, el líder del partido Podemos que ha dado la sorpresa en las elecciones europeas.
«Pablito es colega y es un ‘broder'», ha asegurado Rajoy. «Esta tarde tengo una reunión con las grandes corporaciones. Vamos a darles fuerte», ha añadido.