Poniendo sus ventiladores al máximo para, poco a poco, empezar a elevarse en los cielos, miles de aparatos de aire acondicionado han empezado a abandonar las regiones que han ocupado en verano para dirigirse a zonas más cálidas hasta el mes de mayo.
«Es una suerte tener estos aparatos en nuestro país durante el verano, pero es ley de vida y tienen que marcharse», dice con lágrimas en los ojos un vecino de Sevilla, mirando el hueco que ha dejado su aparato de aire acondicionado, que se marchó ayer junto a otros del vecindario.
«Hemos salido toda la familia a la terraza para decirle adiós al Fujitsu…» ha dicho emocionada una vecina del barrio madrileño de Lavapiés. Confían en que el aparato, el año que viene, vuelva recordando exactamente dónde estaba situado y tapando de nuevo la huella de humedad que deja cada otoño cuando se marcha.
Al cierre de la edición, tráfico aéreo ha informado de la presencia en el cielo de millones de pesados radiadores metálicos que llegarán a los hogares españoles a lo largo de esta semana para pasar el invierno e iniciar sus ritos de cortejo, consistentes en implantar agrias disputas en torno a la temperatura del termostato.