Cada año, al final del verano y desde hace milenios, se repite el espectáculo: Pato WC despliega sus alas, alza el vuelo y desaparece de nuestros lavabos para dirigirse hacia el sur en busca de retretes más cálidos en los que pasar el invierno.
«Esperaremos su vuelta en primavera con el corazón en un puño, deseando que vuelva a llenar nuestros urinarios de color y fragancias herbales con gran poder desinfectante 3 en 1», explica con lágrimas en los ojos Jaime Alión, director de la Sociedad Española de Ornitología (SEO).
Desde la SEO, y con la ayuda de casi 200 voluntarios, llevan a cabo cada año el programa Migres, un proyecto que tiene el cometido de observar los hábitos migratorios de Pato WC. «Los marcamos con anillas y monitorizamos sus desplazamientos. Cuando están en nuestro territorio, durante el verano, los observamos con prismáticos, intentando no modificar su hábitat», afirma Alión.
Unos furtivos dieron caza al oso Mimosín durante 7 días
Sin embargo, reconoce que están desprovistos de fondos económicos y que cuentan con el rechazo de gran parte de los propietarios de lavabos, que no ven con buenos ojos que dos becarios con prismáticos se instalen, vestidos de camuflaje, junto a sus retretes. «Es un trabajo ingrato, hay que soportar de todo», explica Alión.
Pese a los esfuerzos, los ejemplares de Pato WC son cada vez menos numerosos en la península. No solo están amenazados por las marcas blancas, sino también por la caza. Cada vez es más habitual ver a grupos de cazadores agazapados en muchos lavabos esperando hacerse con un trofeo de caza. Muchos de ellos se disfrazan de bidet para pasar desapercibidos «o fingen que van a hacer caca cuando en realidad su intención es otra», confirma Jaime Alión.
«Utilizan reclamos reproduciendo sonidos gástricos -pedos, vaya- que hacen que Pato WC asome la cabeza pensando que hay una hembra disponible. Y entones le disparan, es una práctica muy cruel», protesta Dolores Parmalat, directora en España de la protectora de animales PETA. «Se necesitan políticas activas en este recurso ambiental que constituye un fenómeno naturalístico de primer orden mundial», añade.
La defensora de los derechos de los animales alerta de que, si no se toman medidas, a Pato WC podría ocurrirle lo que al osito de Mimosín, al que un grupo de 10 furtivos con escopetas y perros persiguieron por un armario durante días hasta que, totalmente agotado, el oso fue derribado.
