- La actualidad del mañana -
- La actualidad del mañana -

Este es tu último artículo gratis este mes. Te queda un artículo gratis este mes. Te quedan unos pocos artículos gratis este mes.
No renuncies a la Verdad, suscríbete

Suscríbete

Un niño en la crisis de los 13 deja a su novia por otra más joven

VA A LOS PARQUES "PARA VER A LAS CHATIS JUGANDO CON EL CUBO Y LA PALA"

Este contenido es posible gracias a las personas que respaldan El Mundo Today con su suscripción. Ayúdanos a seguir siendo el mejor medio de información del país y suscríbete.

Roberto Astudillo, de 13 años de edad, ha decidido dar un nuevo rumbo a su vida y «exprimir a tope el tiempo que tengo por delante». Para ello, ha dejado a su novia de toda la vida, de su misma edad, para iniciar un romance alocado con Tanyia Falladia, una rubia de origen italiano cinco años menor que él que aspira a ser peluquera o azafata de vuelo. 

«Está en plena crisis de los 13. De repente se ha dado cuenta de que ya no es el niño tierno y despreocupado que era el año pasado: la sombra del bigote asoma y sus responsabilidades académicas empiezan a agobiarle. Ha reaccionado comprándose una bici deportiva que no puede permitirse y haciendo ejercicio para recuperar el tipito que tenía cuando era bebé», explica la madre del crío, muy preocupada «porque vuelve a mearse en la cama y a chuparse el dedo a todas horas».

Según Roberto, todo empezó cuando recuperó un libro de Teo de cuando era más pequeño. «Lo leí por encima y me acordé de lo feliz que era antes. Pensé: ‘¿Qué te ha pasado? ¿Dónde quedó todo aquello?'», confiesa Astudillo, que ha optado por recuperar su apodo infantil, «Toté», abreviatura de «Robertote» que acuñó su padre cuando él tenía tres años. «Esperamos que sea temporal. Los hombres son así, les cuesta aceptar que se hacen viejos, que las niñas ya no se fijan en ellos», insiste la madre. Toté, sin embargo, no renuncia a visitar los parques infantiles «para ver a las chatis que juegan con el cubo y la pala».

Los amigos de Toté admiran su determinación y aplauden que haya roto con las ataduras de la madurez, recuperando sus camisetas de Snoopy sin importarle que la barriga asome por debajo. «Llega cagado a casa, se deja baba de tres días y come potitos. Está haciendo lo que muchos querríamos hacer y por eso le critican, porque le tienen envidia», sentencia un compañero del niño. Las chicas de su clase, en cambio, opinan que su actitud es patética y que «pronto se arrepentirá y querrá volver con Laura, que ya habrá rehecho su vida con otra persona con la que habrá formado su propia pandilla».

spot_img

Apúntate a nuestro boletín de titulares

Últimas publicaciones

spot_img
spot_imgspot_img