Varios grupos de jóvenes han sido vistos estos días acampando en distintos puntos de la geografía española y protestando enérgicamente «por no sé qué de la democracia», según cuentan testimonios oculares. Las manifestaciones empiezan a provocar molestias y, aunque el Gobierno intenta aplacarlas, reconoce que es un fenómeno habitual e inevitable cuando llega el buen tiempo. «Es normal que el calor lleve a los muchachos a salir a la calle a retozar y a gritar cosas del Gobierno y demás. El cambio climático agudiza estos episodios pero no hay que alarmarse», explica un meteorólogo de los servicios informativos de Televisión Española.
Aunque los jóvenes piden de forma obsesiva la atención de los medios, las autoridades aconsejan que no se entre al trapo. «Es como una alergia cutánea. Rascarse es peor. Pedimos paciencia y esperamos que la juventud se disperse pronto ante la indiferencia general», aclara el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Aunque los expertos recomienden no interactuar con la juventud, la insistencia de los acampados y manifestantes obliga a las autoridades a aplicar métodos agresivos siguiendo los consejos de especialistas en epidemiología. «Hemos inhibido las señales de los móviles en las zonas donde los jóvenes se concentran para evitar que se comuniquen y convoquen a más compañeros. Esto no reduce la cantidad de manifestantes pero sí logra que no aumente», explica Rubalcaba. Tampoco se descarta organizar macrobotellones en las afueras de las ciudades «para atraerles y conseguir que se alejen de los núcleos urbanos, donde más molestan».
El episodio ha coincidido además con el periodo de elecciones municipales y autonómicas, entorpeciendo las campañas de los principales partidos. «La presencia de políticos en la calle excita aún más los ánimos de los jóvenes, ya suficientemente alterados por las hormonas. Los líderes políticos deben mantener una distancia prudencial y, ante un encuentro inevitable, burlar cualquier interacción siempre con una amable sonrisa», insiste Rubalcaba.
Las recomendaciones gubernamentales se aplican también en Internet, donde las protestas se extienden a través de las redes sociales con mensajes del tipo «Slo quieren nstro voto y gobernar, l resto les da igual RT POR FAVOR». Se pide a los internautas que ignoren este tipo de mensajes y se insiste en que el episodio acabará remitiendo por sí solo.
