“He traicionado mis principios más básicos y ahora dudo de ellos. Llevo media vida confiando en mi media melenita y ahora empiezo a pensar si no estoy equivocado”, comenta el veterano de guerra al otro lado del teléfono. “Quizá incluso debería dejar de vestir trajes de camuflaje o darme de baja de la Asociación Nacional del Rifle”, añade.
Según los doctores, durante las primeras horas tras la intervención Rambo se sentía tan contrariado que intentó amputarse las piernas a mordiscos. “No entiende nada, fue un error explicarle lo de las células madre. De hecho, los dos primeros días creyó que él mismo era un clon y estuvo buscando al original, llamándose a sí mismo por teléfono y esas cosas”, explica el doctor Wonmayer, experto en cirugía reconstructiva a nivel mundial y jefe del equipo que le ha devuelto a Rambo la movilidad en las piernas.
“Voy a alistarme, es la manera de compensar a mi país por la traición que he cometido. Creo sinceramente que tengo mucha visión estratégica que aportar en vez de tantos ordenadores y tanta tecnología. Se ha perdido un poco la esencia de una guerra, el calor humano, el respeto…”, comenta el sexagenario combatiente. “Espero que me manden a algún sitio con muchas minas antipersona, a ver si hay suerte y quizá así pierdo las piernas y me olvido de este tema de una vez por todas. Sarah Palin no me devuelve las llamadas desde que se enteró de mi recuperación”.
