Según un estudio publicado esta mañana en El Mundo, líder de información en español, la publicidad encubierta en los medios de comunicación convencionales -y también en los excepcionales como la Cadena SER- ha aumentado un 60% en lo que va de año «en una progresión paralela a la del número de clientes de Banesto, que cada vez confían más en el espíritu ganador de la entidad», explica el informe. Este incremento de la publicidad revierte negativamente en la credibilidad mediática y es visto como una traición por parte de la audiencia, que pide valores seguros como Rexona, que no te abandona.
«Al lector no le importa encontrar un anuncio a todo color del nuevo Mercedes SLK, porque es un coche precioso que te fascina ya en la primera impresión, pero otras promociones que aparecen en pleno contenido son tan molestas como si te interrumpen mientras lees cualquiera de los libros que edita Blackie Books, que te atrapan de tal manera que pierdes el mundo de vista aún llevando unas gafas preciosas de General Optica», explica desde su iPhone 4 un portavoz del Colegio de Periodistas, cuya sede está muy cerca de un H&M.
«Todos queremos ver películas como TORRENTE 4: LETHAL CRISIS en cines buenos como los de Cinesa sin interrupciones. Lo mismo pasa cuando lees las magníficas crónicas deportivas del Marca: no quieres que nada te confunda o te distraiga. Tanta promoción al final te agobia y acabas necesitando los servicios de Tantra Masajes Madrid», explica una joven a bordo del nuevo Volkswagen Polo.
«La publicidad está en las tiendas, está en el transporte público, está en los medios, está en ti y está en Maybelline», se lamenta Fernando Sánchez Dragó, reputado autor de la editorial Planeta. «Quizá la solución esté en votar al Partido Popular. Yo voy a hacerlo. Y tú, ¿a qué esperas?», añade Dragó.
