El empresario multimillonario Richard Geven ha decidido obsequiar a su suegra con un viaje al espacio exterior. «Está afectada desde la muerte de mi esposa y yo siempre le digo que salga más. Como ya ha estado de vacaciones en todos los lugares importantes, le propuse lo de pasar una temporada en órbita», explica Geven. Al ver que la mujer se había aficionado a los documentales de astronomía, el empresario decidió organizar el viaje, que costará 80 millones de dólares.
«La felicidad no tiene precio», apunta Geven, que ha procurado que en la aeronave quepan los cuadros y el sillón de la anciana «para que se sienta como en casa, aunque hayamos tenido que eliminar algunos dispositivos que ocupaban mucho, como por ejemplo extintores y cosas que ponen sólo por si acaso». Lo que no ha conseguido Geven es que su hijo Jonas, de 17 años, acompañe a su suegra para que no esté sola. «Las autoridades no se lo permiten porque sufre un leve retraso, pero yo creo que viajar le haría mucho bien», insiste.
El entorno de la familia no ve con buenos ojos la decisión. «Es muy mayor y es medio sorda, si sonara una alarma no se daría cuenta», se lamentaba una de las hermanas del empresario. Éste argumenta que en el espacio no se transmite el sonido, por lo que el problema de la sordera dejá de afectarla y será todo un alivio para ella.
Sin embargo, los recelos no están motivados solamente por la edad de la suegra de Geven. Se sospecha que la relación entre ambos es tensa desde que la mujer interrumpió una reunión de negocios de su yerno para buscar unas bragas de color crudo que se habían extraviado. «Fue un incidente muy desafortunado pero esto no tiene nada que ver. No guardo rencor», explica Geven. El hombre no ha precisado la duración del viaje espacial: «Que vuelva cuando se canse. Ella es de las que quieren ver todos los monumentos importantes, así que empezando por la Vía Láctea tiene para varios años luz».
