El cordobés Alfonso Cerdeña se ha erigido como ganador del Sexto Campeonato Internacional de Levantamiento de Cadáveres, cuya final se celebró ayer en Milán. Su máximo rival, el alemán Hans Cordelli, no aguantó más de trece segundos sosteniendo el cuerpo de un irlandés de 103 kilos de peso, que se le fue cayendo a pedazos hasta que el juez certificó finalmente su derrota. Cerdeña, en cambio, mantuvo en alto durante cuatro minutos al mayor reto de la competición, «la foca de Canterbury», fallecida por obesidad mórbida y enfundada en un contundente ataúd de pino.
El español se hizo, pues, con la urna de oro sin apenas problemas. Emocionado, quiso dedicar la victoria a su abuela Carmela, con cuyo cuerpo empezó a entrenar a los dieciocho años. «Gracias a ella descubrí mi afición por el levantamiento de cadáveres. Conseguí colgarla de un árbol del jardín y entonces supe que aquella era mi verdadera vocación, que debía luchar a muerte para ser el mejor» reconoció ante los medios.
El cementerio cordobés de San Rafael, donde Cerdeña acostumbra a entrenar cuando está en España, se ha llenado de aficionados que han celebrado el éxito de su ídolo local bailando encima de ataúdes y mojando el camposanto con champán. «Me gustaría estar muerto para que me levantara a mí también», confesaba eufórico uno de los vecinos.
