Tras semanas de confusión e incertidumbre, el Ministerio de Industria ha emitido un comunicado en el que reconoce que «la Televisión Digital Terrestre sólo estará disponible en aquellos domicilios que, aparte de tener la antena adaptada y el descodificador de TDT, dispongan también de un televisor que funcione correctamente».
La noticia ha caído como un jarro de agua fría entre aquellas familias que, haciendo caso de las recomendaciones del Gobierno, adquirieron el sintonizador y se deshicieron de sus televisores analógicos entendiendo que ya no servían. «Tenía una tele magnífica de cuarenta y seis pulgadas y ahora es imposible recuperarla porque la doné a Haití. No puedo afrontar la compra de una nueva y espero que el Gobierno dé soluciones» declara uno de los afectados.
La oposición no ha tardado en criticar «la campaña de desinformación orquestada por el ministro Miguel Sebastián que, en plena crisis, obliga a los españoles a comprar un televisor después de haber tirado a la basura el que ya tenían», en palabras de Mariano Rajoy.
«Sustituí mi vieja tele por el nuevo aparato de TDT, lo conecté a la antena y a la red eléctrica y no ocurrió nada. Lo he tenido en observación unos días porque, como se dice que en la tele nunca dan nada, creí que había que tener paciencia. Pero es que no dan ni los informativos. Y luego la gente va comentando la final de Gran Hermano y tú te quedas con cara de tonto» se lamenta otro usuario damnificado por la confusión, que devolvió cuatro veces el sintonizador creyendo que no funcionaba.
Miguel Sebastián ha reconocido que «es un lío todo» y ha admitido que el término «apagón analógico» ha contribuido a que miles de españoles «hayan tratado su televisor antiguo como si estuviera apestado».
