La periodista del corazón Karmele Marchante, que pretendía concursar en el festival de Eurovisión y ha sido finalmente eliminada en el proceso de preselección, ha optado por «dejar de pelearme inútilmente contra los que me han despreciado e invertir mi energía en Haití, que es donde más la necesitan», ha declarado Marchante en un comunicado difundido por Telecinco. La propia cadena, que motivó la carrera musical de la periodista con el tema «Soy un tsunami», ha valorado la experiencia de Karmele Marchante en contextos adversos, puesto que ya concursó en el reality ‘Supervivientes’ y tiene, según Telecinco, «la capacidad de contagiar buen rollo en momentos duros».
Pese a sus supuestas aptitudes, asociaciones como Médicos sin Fronteras han criticado duramente a Marchante y a Telecinco por frivolizar con un asunto tan dramático como el terremoto de Haití. La periodista ha aclarado que no tiene intención de cantar «Soy un tsunami» porque ya entiende que no es una referencia demasiado afortunada. «Sólo quiero ayudar, animar a la gente, recoger cosas del suelo», ha añadido.
Karmele Marchante ha querido recordar también a sus detractores que empezó su carrera como periodista en el programa «Informe Semanal» y que tuvo que cubrir un escape de gas «que casi termina en explosión como esto de Haití». También ha apelado a la empatía de los españoles: «No soportaría que echaran por tierra mis sueños una segunda vez».
A pesar de las críticas, la tertuliana ha contado con el apoyo de algunos compañeros de profesión. Mercedes Milá, por ejemplo, ha animado su «espíritu aventurero y solidario» y ha apuntado que, mientras los profesionales se dedican a tareas de rescate y reconstrucción, «hay otros temas más tangenciales que quedan desatendidos en situaciones de emergencia, como por ejemplo el tabaquismo, y de eso podemos ocuparnos los que no trabajamos directamente entre cascotes». El presentador Jorge Javier Vázquez ha recordado en el programa «Sálvame», donde colabora Marchante, que «en Haití no queda en estos momentos ni un solo chalé en pie, ni una sola urbanización asfaltada, ni una sola línea de metro que funcione. No está la cosa como para despreciar a alguien que quiere ayudar a los haitíes».
