Ayer por la noche, Sofía y Borja, compañeros de instituto, se encontraban solos ante el televisor cuando, haciendo zapping, dieron con una película pornográfica. «Empezamos a verla y la verdad es que no pasamos del primer acto», reconoce Borja. Ambos se miraron a los ojos y sintieron un impulso irrefrenable que les llevó a practicar el cineforum. «Aunque hay quien lo niega, a todo el mundo le gusta el cine. Está muy claro lo que acabarán haciendo dos cinéfilos como nosotros con una película delante. Espontáneamente nos pusimos a debatir sobre si el cine tiene una función social o es puro entretenimiento», apunta Sofía.
Aunque no llegaron a una conclusión del todo satisfactoria, la sesión de cineforum mostró a los dos cinéfilos que, mientras Borja tiene madera de cortometrajista, Sofía prefiere las películas largas y lentas. «Disfruto con los travellings laterales que se prolongan indefinidamente, haciéndote soñar. Borja, en cambio, tiende a los planos cortos, jugando siempre con la cámara en mano», explica la chica.
Los padres de la pareja admiten que los chicos están en la edad del cineforum. «Borja tiene el cine metido en la cabeza y ha soñado siempre con estrenar algo grande», reconoce la madre del muchacho. «A ver si ahora, con Sofía, da el paso definitivo», añade esperanzada.