El presidente de EEUU ha optado por emprender un viaje de 12.000 kilómetros con el objetivo de «conocer a los chinos de cerca y ver cómo son». Barack Obama reconoce que «en los Estados Unidos hay unos cuantos, pero esto es como ver una película por la tele en vez de ir a la sala de cine. No es lo mismo».
Nada más llegar a Shanghai, el líder ha constatado, sin renunciar al sentido del humor, que «es verdad aquello que dicen de que hay muchos. A veces te entran ganas de descansar de tanto oriental, inconscientemente miras al techo como diciendo ‘¡Ya vale, muchachos, ya vale!'».
No resulta extraño que un presidente americano viaje a China para ver chinos. «Cuando un nuevo presidente es elegido se reúne con el anterior para cotillear un poco sobre los distintos países, pero hasta el momento todos han querido ver personalmente lo que pasa en China. Me refiero a esto de que haya tantos orientales que hablan con esas letras que son logotipos» ha explicado Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca.
En una reunión con un grupo de estudiantes -«que por supuesto también son asiáticos en todo, hasta en la ropa»- Obama ha emplazado a la sociedad civil china a luchar por la libertad de expresión, aunque ha matizado que «yo entiendo que existan límites porque si os ponéis a hablar todos a la vez esto puede ser un griterío total, aparte de que soléis hacer las cosas muy iguales todos, vais a los mismos sitios y seguro que también decís cosas parecidas. Con que hable uno a veces ya es suficiente».
El mandatario también ha incidido en la conveniencia de practicar el acercamiento entre culturas: «estos ojitos que tenéis ya indican que estáis acostumbrados a ver lo que se cuece en Occidente desde muy lejos. Pero ya sabéis que hay aviones y a malas quedáis con los otros en un punto intermedio tipo Berlín». Dicho esto, Obama ha entregado gafas para ver de lejos a los asistentes a la asamblea estudiantil. «No sé si esto de la vista lo medís con dioptrías o con algo más ancestral como las hojas de loto, pero viene a ser lo mismo. La cuestión es que las gafas representan esa voluntad de acercar posturas. Quiero que en mi país los chinos dejen de ser esos orientales que están en China», ha añadido.
