Gabriel Perelló, de 73 años, ha logrado sobrevivir a un agresivo carcinoma de pulmón obteniendo oxígeno a través de sus propios genitales. «Digamos que me he salvado por mis cojones», asegura orgulloso el anciano. Los médicos están estudiando el caso para ver si es posible enseñar a otros pacientes a efectuar la respiración genital. «Es un misterio cómo consigue hinchar tanto sus testículos y, luego, expulsar el aire por la uretra», afirma el doctor Llucià Rovira. El paciente ha sido dado de alta y sólo lamenta «que todo huela siempre como a mejillón».
Los médicos sostienen que, si el señor Perelló no se cansa de respirar por la vía testicular, podrá hacer vida normal aunque sea bañándose «con los cojones fuera del agua y de cara a la Meca», tal y como explica el propio paciente entre risas.
Perelló ha sugerido al doctor Rovira que le quite los pulmones que ya no necesita «y me deje aprovechar el hueco para guardar mi colección de puros, que mi esposa amenaza con arrojarlos a la basura y no me fío un pelo de ella». El oncólogo, sin embargo, sugiere «moverle los testículos a la altura del pecho para que no tenga que ir siempre con la bragueta abierta».