La inquietud se ha apoderado de los ciudadanos escoceses desde que ayer se supo que el monstruo del lago Ness, más conocido como Nessie, había traicionado su temperamento flemático desatando de forma inesperada toda la furia que tenía acumulada. En un ataque de nervios, hundió la cabeza en el agua dulce del lago y en poco más de tres minutos se la bebió toda.
«Yo siempre dije que era un capullo y un bipolar, pero todos se empeñaron en mitificarlo» afirma un habitante de Inverness, ciudad que en estos momentos se prepara para lo peor. «Con los miles de litros de agua que ha bebido en tan poco tiempo, hemos calculado que sería capaz de comerse 459 bebés en medio minuto» advierte el alcalde John Tatooles.
El psicólogo Robert Marens cree que «las autoridades están obsesionadas calculando cuánto tardaría Nessie en comer todo tipo de objetos y se hacen apuestas, pero lo realmente importante es saber por qué ha roto la paz del lago». Marens publicó en 1995 un estudio titulado «El monstruo del lago Ness no tiene aficiones», donde advertía del aislamiento al que estaba sometido Nessie y aseguraba que pronto necesitaría una mujer.
El etólogo Richard Luckian, por su parte, afirma que los plesiosaurios «se parecen mucho a los alemanes en el sentido de que son aparentemente tranquilos y bonachones pero te pueden partir la cara sin venir a cuento». Ante la posibilidad de que Nessie esté sufriendo una crisis -«se encuentra en su etapa de madurez y sigue virgen», advierte Robert Marens- el alcalde de Inverness ha solicitado la colaboración de los psicólogos de la NBA y, en general, de todos los especialistas «en tratar con seres altos sometidos a presión».
«Es un outsider y un salido», advierte un testimonio.
Los medios de comunicación intentan con escaso éxito tranquilizar a la población, que echa mano de antiguas leyendas que muestran a Nessie como un pederasta al nivel del célebre monstruo de Amstetten. «No inicia conversaciones, se esconde de la gente, no entiende los chistes, ni siquiera se le conoce empleo estable… es un ser retraído y raro. Un outsider. Un freelance. Y el hecho de que sea escocés no es una excusa» asegura un testimonio convencido de que el legendario monstruo «está muy salido y eso es todo lo que le pasa».
