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Bandas organizadas de mujeres toman los asientos del metro

ALGUNAS TAMBIÉN PRACTICAN EL TRÁFICO DE MUESTRAS GRATUITAS

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Al mismo tiempo, por otra puerta entraba otro grupo, menos numeroso, con el que coincidieron en unos asientos reservados a las personas con deficiencias físicas. El encontronazo fue sonado, pues muchas se dejaron caer en los asientos, causando heridas de diversa consideración a algunos pasajeros que se encontraban sentados cerca. Los gritos de “zorra” y “asquerosa” alertaron a las miembras de otras dos bandas, que acudieron en ayuda de sus compañeras con inusitada violencia, causando numerosos destrozos en asientos, barras y cristales, además de cuatro heridos, uno de ellos un niño de corta edad con gafas.

El resto de los pasajeros sintió “verdadero miedo”, como explica Amparo, administrativa que viajaba en el vagón en el momento de la pelea y que resultó herida en la cabeza al ser empujada violentamente contra una barra de apoyo. “Como mujer siento verdadera vergüenza”, asegura.

Fuentes de la policía autonómica aseguran que, si bien no puede considerarse un fenómeno muy extendido, sí se han registrado incidentes similares en los últimos meses en toda la red del metro barcelonés. Se han contabilizado al menos seis pandillas diferentes bastante activas, que se distinguen por los tonos de la sombra de ojos, el olor corporal o los colores de las uñas de los pies.

“Algunas bandas son realmente agresivas”, dijo el sargento Merino en una rueda de prensa, quien explicó que “de algunos de estos grupos, como las Paquitas o las Putas Gordas (cuyo lema es “Antes muertas que de pie”), se sabe que están involucrados en otras actividades delictivas, como el tráfico de muestras gratuitas”. “No se sabe para qué quieren tantos asientos ni por qué se sientan para dos paradas de trayecto”, comentó Merino, “pero por su actitud se diría que están dispuestas a todo, aunque para ello tengan que morir otras personas”.

La batalla por los asientos tiene su origen en los años ochenta, cuando se registraron algunas reyertas entre grupos de mujeres en diferentes zonas del extrarradio con la finalidad de poseer el mayor número de sitios, pero nunca hasta ahora se había llegado a un nivel tan alto de violencia.

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