Un londinense de 26 años ha sufrido esta madrugada un aparatoso accidente de automóvil que le ha sumido en un estado de cinismo permanente. «Hemos ido a socorrerle y nos ha dicho que atendiéramos primero a su mujer porque se le estaba derramando el bótox y aquello valía dinero» ha declarado un agente de la Policía. «Luego ha aprovechado que tenía el brazo dislocado para asustar a unos niños haciendo el molinillo, ha sido muy desagradable». El afectado ha sido trasladado de urgencia St. Thomas Hospital, donde ha intentado convencer a varias enfermeras para que comprobaran si el tamaño de su miembro había variado o no tras la colisión.
La esposa del afectado se encuentra muy grave y se la ha trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos. Al ser informado de ello, su marido ha dicho que «ella siempre ha sido muy de mimitos y esas cosas, luego no habrá quien la saque de allí». Poco después, al ver a su hija pequeña, no ha dudado en decirle que el accidente había sido culpa suya, pues siempre deja los deberes para última hora.
«John nunca había mostrado esta actitud; era siempre cariñoso, atento y muy prudente. Sólo le vi perder el control una vez, cuando intentó montar un mueble de Ikea» explica un familiar suyo. Tras el cruel comentario que le ha dirigido a su hija, el paciente ha sido puesto en estado de aislamiento «aunque permanentemente vigilado porque, a la que uno se descuida, ya está intentando descoserse los puntos y bebiendo directamente de la bolsa del suero», afirma uno de los enfermeros.