El piso del matrimonio ha conservado las paredes, por lo que podrán volver a ocuparlo muy pronto. «La explosión ha calcinado el sofá, así que supongo que tendremos que volver a dormir juntos también. Estoy muy ilusionado y tengo ganas de empezar esta nueva etapa. Ha sido una bendición. Ahora mismo nada me haría más feliz que empezar ya a buscar nuestras viejas fotos entre los escombros» apunta Gonzalo. «Pero tenemos que esperar a que los bomberos encuentren no sé qué cuerpos», añade impaciente.
«Al principio ha sido un poco violento y yo no sabía qué decir, pero le he soltado: ‘esta noche dormimos en casa de mi madre y mañana ya veremos’. Cuando ella me ha respondido que sí ya no había ninguna duda, era el momento de hacer borrón y cuenta nueva» explicaba ayer Gonzalo a los médicos del 061 mientras atendían a uno de sus vecinos. Su esposa ha resultado ilesa, aunque Gonzalo ha sufrido una pequeña conmoción en la cabeza al golpearse con uno de los buzones al salir del habitáculo en llamas.
Tras analizar los primeros datos, los investigadores peritos creen que la causa de la debacle del matrimonio podría haber sido una infidelidad del marido y no de la mujer, como especulaban los bomberos al principio. «Aunque por fuera está derrumbado casi por completo, esto ha demostrado que los cimientos eran fuertes. Casi con toda seguridad, su matrimonio podrá recuperar los años perdidos con comunicación y comprensión mutua» ha dicho el conseller de Interior, Joan Saura, que se ha desplazado hasta el lugar de los hechos y ha calificado de «ejemplar» la actuación de los bomberos y la actitud de la pareja.
