Una ardilla común conocida como «Gorlita Merendau» ha establecido las bases para una posible alianza entre Venezuela y los Estados Unidos. El animal, que campaba a sus anchas en la V Cumbre de las Américas, se acercó ayer al mandatario venezolano cuando nadie lo esperaba y el presidente Barack Obama se dio cuenta de que Chávez mostraba cierta aprensión hacia el roedor. «Me acerqué a él y le dije que no tuviera miedo. En los Estados Unidos estamos acostumbrados a las ardillas y le expliqué que lo importante es acercarse a ellas tímidamente, sin aspavientos». Chávez, receloso al principio, le hizo caso a Obama y acabó reconciliándose con ambos. «Tiendo hacia ti la misma mano con la que he acariciado el lomo de una ardilla por primera vez» le dijo agradecido a su homólogo americano.
La rodentofobia o aprensión a los roedores afecta a un 15% de los venezolanos, que pueden llegar a bloquearse y a negar su dolencia por miedo a hacer el ridículo. «Chávez mostraba hasta ahora un comportamiento agresivo y altivo, muy propio de un fóbico que se avergüenza de lo que le está pasando. Se entiende ahora la gran cantidad de recursos económicos que su gobierno ha destinado a la lucha contra ratas y ardillas» explica el sociólogo Richard Sennett. «Obama ha utilizado su ya conocida capacidad para generar empatía y Chávez se ha sentido reconfortado. Ha tenido que superar su miedo porque había cámaras delante, y al tocar al animal, que por suerte se ha dejado hacer, ha visto que no pasaba nada y el agradecimiento hacia nuestro presidente ha brotado en su rostro» ha confirmado también Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca.
«Entiendo que Hugo Chávez sintiera rabia hacia nuestro país porque, al fin y al cabo, allí damos de comer a las ardillas y las tratamos como a uno más. Y en vez de acercarnos a él y establecer puentes de comunicación, a veces también nos hemos desentendido o hemos tratado de dictar nuestras condiciones» ha reconocido Barack Obama en tono conciliador.
