- La actualidad del mañana -
- La actualidad del mañana -

Este es tu último artículo gratis este mes. Te queda un artículo gratis este mes. Te quedan unos pocos artículos gratis este mes.
No renuncies a la Verdad, suscríbete

Suscríbete

«He aprendido a roncar con orgullo»

LOS ALMUERZOS DE EMT

Este contenido es posible gracias a las personas que respaldan El Mundo Today con su suscripción. Ayúdanos a seguir siendo el mejor medio de información del país y suscríbete.

Tras someterse a todo tipo de tratamientos, durmiendo en el sofá durante años o conectado a una máquina «como un enfermo terminal», Rosendo Fageda obligó a su esposa a decidir: «se lo dije claramente: ‘o el caniche o yo. Siento mucho que mis ronquidos le asusten, pero esta es mi casa. A no ser que me eches para quedarte con el perro’. Y me echó. Vaya si me echó». Ahora, Fageda publica «La Apnea Global», una defensa encarnizada del ronquido como forma de vida. Le apoyan decenas de «roncadores» que viven su condición desde la militancia.

Mientras devora una tortilla a la gallega, Fageda me cuenta la historia de un astronauta al que obligaron a dormir suspendido en el espacio porque roncaba. «Lo leí en un foro. Tuvo que salir de la cápsula y dormir en el exterior, donde no se transmite el sonido, a merced del viento y de los meteoritos». Le recuerdo que el viento no es un problema en el espacio exterior y me pide que nos centremos «en lo esencial». Le pregunto, pues, por quienes le acusan a él y a sus seguidores de alterar el orden público con sus «dormidas colectivas». «No nos dejan descansar en nuestras camas y cuando nos reunimos en un parque para dormir en comunión, nos denuncian. ¿Qué tenemos que hacer entonces? ¿Vivir oprimidos?». Si algo caracteriza al colectivo de roncadores liderado por Fageda es la capacidad de lucha y de rebeldía ante el sistema.

«El ronquido es un mecanismo de defensa. No lo leerás en los manuales pero es así. Cuando dormimos somos vulnerables y el ronquido ahuyenta a los depredadores. En mi caso, el depredador era mi esposa y por eso aquello no podía prosperar. El ronquido no es un defecto ni una vergüenza pero, como la gente no lo asume, lo que hacemos es utilizarlo como forma de protesta». Y lo hacen asistiendo a obras de teatro que consideran aburridas hasta que se duermen en mitad de la función y ensordecen a los propios actores. «La gente se está dando cuenta de que pueden marginarnos por separado, pero juntos tenemos una fuerza imbatible. Una fuerza que sirve para mejorar el mundo. Cuando nos ven sentados en nuestras butacas, los actores saben que no pueden permitirse el lujo de aburrirnos. Si nos duerme su actuación, la función se ha terminado». Empezaron, pues, por el teatro, pero actúan también en conciertos de música clásica e incluso en conferencias o cursos universitarios. «Hemos conseguido ser un grupo de presión haciendo oír nuestras voces, literalmente. Siguen odiándonos, pero al menos ahora nos temen también».

«La Apnea Global» arranca con un repaso de las figuras más destacadas de la historia que sufrieron por sus ronquidos -«Inmanuel Kant pasó toda su vida buscando a la sorda ideal»- y prosigue con una apología del ronquido «como arma de protesta y mecanismo para la autodefensa». Fageda reconoce que la figura del roncador es la de un outsider solitario, «un forajido de la noche». Pero ha aprendido a no buscar la aceptación social. «Aprenderán a amarnos, pero el amor empieza por el respeto, que es lo que poco a poco nos estamos ganando».

Taberna Los Barriletes

– Tortilla a la gallega.
– Patatas bravas.
– Ensaladilla rusa.
– Té con leche.
– Café irlandés.

Total: 43 €.

spot_img

Apúntate a nuestro boletín de titulares

Últimas publicaciones

spot_img
spot_imgspot_img