«Un autor que se ha interesado hasta la obsesión por los escritores que dejan de escribir, por los que desaparecen o por los que se encaraman al abismo, es normal que se interese ahora por los escritores que se encierran en un coche sin dejar de mirar el cuentakilómetros» explica el periodista Armando G. Tejeda. «Me comentó una vez que una buena historia a veces permanece en estado latente hasta que súbitamente arranca y va desgranándose hilo a hilo hasta conformar una novela. Puede que de un momento a otro este Ford Scorpio arranque y desaparezca lejos, en el abismo precisamente, hasta llegar a su destino que es la obra» reflexiona el escritor Ray Loriga. Otra de las opciones, más prosaica, es que Vila-Matas se niegue a pagar la zona verde, aunque pocas veces se le ha visto conduciendo y muchos dudan que el coche sea suyo.
Mariló Balcells, profesional del sector de la limpieza que mantenía un contacto casi diario con el autor, sospechó que algo raro ocurría «desde que empezó a llegar a casa a horas intempestivas, y siempre oliendo a ambientador de pino». Desde la agencia literaria que representa a Vila-Matas no han sabido explicar tampoco el comportamiento del escritor, aunque han apuntado que «su próxima obra podría titularse muy probablemente ‘Exploradores del Scorpio'».
