Acompañado de su secretario del Tesoro, Tim Geithner, el presidente de los Estados Unidos explicó ayer su plan de rescate del sistema financiero. Aparte de las medidas económicas -limpiar el sector bancario de «activos tóxicos» y forzar a los pobres a compartir entre ellos sus limosnas-, Obama presentó un documento anexo con un «plan de rescate emocional» destinado a «liberar de negatividad el estado de ánimo de la población, incluyendo a los agentes políticos y económicos». La medida «emplazará a erradicar producciones culturales que inviten a la melancolía, tales como baladas y culebrones de media tarde, acabando también con la tendencia a recuperar actores del pasado para rememorar tiempos que nunca volverán. Evitaremos que haya perros abandonados por la calle y el asfalto en las grandes ciudades no será tan negro, optando por colores pastel». La inclusión de elementos emocionales en un plan que se preveía que fuera estrictamente financiero desconcertó a los asistentes a la presentación, aunque el presidente insistió en que «la economía depende en gran medida del pulso emocional de la sociedad, ambas se retroalimentan y, por lo tanto, debemos aprender a controlarlas».
Centrándose en los detalles del plan económico, el presidente hizo hincapié en las medidas destinadas a limpiar la banca de los llamados «activos tóxicos» e intentó aclarar con un lenguaje pedagógico la estrategia que se va a seguir al respecto: «los ‘activos tóxicos’, como su nombre indica, lo contaminan todo. Hablan mal de todo el mundo, engendran odio, rencor y pesimismo. Son activos, pero lo que quieren es que reine la pasividad en la economía. Lo que se nos ha ocurrido es crear un ‘banco malo’ capaz de atraerles, como si fuera un cebo. Cuando vean el ‘banco malo’, los activos correrán hacia él para sembrar el odio, se sentirán como pez en el agua allí y dejarán a los bancos de verdad limpios y sanos». Cuando se le preguntó qué pensaba hacer el gobierno con el «banco malo» repleto de «activos tóxicos», el presidente respondió que quedaría «relegado a la periferia». «¿A México?», dijo uno de los periodistas asistentes. «A la periferia de la economía, obviamente», aclaró Obama. Para despejar las pocas dudas que pudieran quedar, Tim Geithner presentó un sencillo gráfico a modo de resumen:
