Los premios de la Academia consisten en pequeñas estatuillas metálicas con un valor mercantil anecdótico. El premio no va acompañado de suma económica alguna, por lo que muchos entienden el gesto de Penélope Cruz como una estrategia populista. «He llamado a Sean Penn, que con el de ayer ya tiene dos, pero quiere quedarse ambos. Con actitudes así… no sé. Así no ayudamos a los pobres».
La actitud de Penn contrasta con la de otros galardonados, como Kate Winslet: «¿Cuántos años lleva esperando este premio? ¿Cuántas nominaciones? Y cuando le expliqué la idea le encantó, me ha dicho que va a entregar su Oscar a un centro de desintoxicación de adictos al crack. Algunos podrían tomar ejemplo», comentaba Cruz por teléfono esta mañana.
Pe también regalará su vestido a un asociación que rehabilita a presos alcohólicos. Es sabido que muchas actrices se deshacen de ellos en subastas benéficas, sin embargo Cruz cree «que es mejor saltarse los intermediarios» y hacer llegar el vestido directamente a los beneficiados. «Ya sabes lo que dicen: no le des peces, enséñale a pescar. Pues eso.»
